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Durante los últimos años, el incremento en la producción de material plástico virgen y su mala gestión al final de su ciclo de vida ha llevado a que este material sea una de las principales fuentes de residuos, filtraciones a ecosistemas y problemas de basura. Esto ha generado que la contaminación plástica tenga efectos negativos sobre la biodiversidad y potencie una crisis climática, económica y de salud pública, donde la preocupación por abordar y frenar esta problemática mundial ha comenzado a ocupar un lugar preponderante en los gobiernos, ONG´s y ciudadanía en general.

El estudio “Breaking the Plastic Wave”, desarrollado por Pew Charitable Trust y SYSTEMIQ y la colaboración de Ellen MacArthur Foundation entre otras entidades, estima que a nivel mundial 11 millones de toneladas métricas de desechos plásticos ingresan al océano cada año. Sin una acción inmediata y sostenida, esa cantidad se podría triplicar para el 2040, llegando a 29 millones de toneladas métricas por año, lo que equivale a tirar 110 libras (50 kilogramos) de plástico en cada metro de costa alrededor del mundo.

Frente a este contexto se hace fundamental el tomar conciencia ahora de nuestros actos y hábitos de consumo, evaluar las conductas que tenemos día a día y cómo éstas contribuyen o dañan al medio ambiente.

¿Cómo comenzar?

A continuación te entregamos algunas recomendaciones:

  • Infórmate: El primer paso es informarse sobre los efectos de la contaminación plástica; ver las cifras, su impacto, el efecto negativo que ésta tiene y ser consciente de las acciones necesarias para frenarla. Para esto se debe entender lo que se propone desde soluciones como la Economía Circular, y las practicas asociadas a ésta: reutilizar, reciclar, compostar.
  • Compra de manera responsable: La decisión de compra es clave para generar el cambio. Se deben preferir productos que sean amigables con el medio ambiente; leyendo las etiquetas antes de comprar e informándose acerca de las características del producto, la materialidad del envase y lo que se puede hacer con ellos después de su uso. Por otra parte, se debe evitar comprar productos o plásticos de un solo uso, prefiriendo aquellos que se pueden reutilizar-reciclar-compostar.
  • Actúa: Comprar productos amigables con el medio ambiente, no sirve de nada si no se realizan las acciones específicas posteriormente a su uso. Se debe evaluar las características del envase y ver si es reciclable, reutilizable o compostable para así participar activamente en la logística inversa para que los envases vuelvan a las empresas valorizadoras (material para reciclar), a las marcas (retornables) o a la compostera (envases compostables). Por ejemplo, en el caso de un envase reciclable: se debe lavar-separar-compactar y disponer en un punto limpio, para que así lleguen a la planta de reciclaje y se logre cerrar el ciclo.
  • Comparte: Para generar realmente el cambio, se necesita de las acciones de todos no de unos pocos. Es por esto que es fundamental invitar y motivar a más personas a ser conscientes del rol que tenemos cada uno como consumidores, y los efectos que generan nuestras acciones.