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La experta adelanta que antes de fin de año lanzarán una guía de buenas prácticas, realizarán una convocatoria de innovación abierta y presentarán un primer listado de plásticos problemáticos para generar acciones concretas.

*Entrevista publicada en Diario Financiero el 2 de noviembre de 2020.

En septiembre pasado, la geógrafa y líder de Consumo y Producción Sustentable de Fundación Chile (FCh), Antonia Biggs, asumió la dirección ejecutiva del Pacto Chileno de los Plásticos (PCP).

En 2019 Chile se transformó en el tercer país en suscribir la Red Global de Pactos por los Plásticos que impulsa la Fundación Ellen MacArthur para transitar de una economía lineal a una circular del plástico donde este material se mantenga circulando y no se convierta en un residuo.

El pacto local lo lideran FCh y el Ministerio del Medio Ambiente y lo integran seis fundadoras –Unilever, Amcor, Coca Cola, Mall Plaza, Nestlé y Soprole-, nueve empresas socias y unas 20 entidades colaboradoras. A Biggs le tocará ejecutar la hoja de ruta del PCP, que establece cuatro compromisos a 2025: tomar acciones para eliminar los envases de un solo uso con diseño e innovación; rediseñar el 100% de los envases para que sean reciclables, reutilizables o compostables; 1/3 de los envases deben ser reciclados, reusados o compostados, y que los nuevos embalajes plásticos incorporen en promedio, un 25% del material reciclado.

Biggs señala que el PCP cuenta con seis grupos de trabajo y tres comités, los que ‘están avanzando a toda máquina’. Por ejemplo, el grupo de cultura lanzará en noviembre el Manual de Conceptos y Buenas Prácticas del Pacto Chileno de los Plásticos ‘para aclarar conceptos y los tipos y categorías de materiales’, dice.

Comenta también que la primera quincena de diciembre realizarán una convocatoria de innovación abierta en envases y embalajes.

“Ya estamos levantando los desafíos con los socios . Vamos a hacer un llamando a través de Chile Global Ventures, de FCh, para proponer soluciones concretas a la recirculación del plástico”, señala Biggs.

¿Cómo avanzará en la ejecución de la hoja de ruta?

En marzo de 2021 vamos a lanzar un informe de reportabilidad con las cifras de nuestros socios, el cual será la línea de base para saber de dónde partimos para poder gestionar. Este trabajo va a empezar ahora con una metodología propuesta por el Ellen MacArthur Foundation, nuestra madre en la propuesta de economía circular de los plásticos.

Además, estamos trabajando en el Listado de los Plásticos Problemáticos que va a salir este año. Las empresas tienen que saber cuáles son los plásticos que podríamos eliminar del sistema lo antes posible, pero con acciones concretas y eso es lo que queremos de nuestros socios. Tenemos una primera propuesta de este listado para establecer las acciones que vamos a tomar más allá de lo que diga la ley sobre los plásticos (Ley REP).

¿Cuáles serán los principales ejes de su gestión?

En mi gestión quiero el respaldo científico y ver lo que realmente las empresas pueden lograr con este balance. Nuestro rol es empujar, no se puede decir ´no, el próximo año´, es ahora ya. Es decir, ´muéstrame tus números para que sentemos eso como línea de base, hagamos acciones concretas y vayamos reduciendo, ajustando o cambiando´.

Mi meta es ejecutar lo que ya se levantó en la hoja de ruta, lo que viene ahora es la implementación. Quiero que esto converse muy bien con la ciencia y que tenga el respaldo del comité técnico. Aprovechando que están todos los actores sentados a la mesa, desde los recicladores de base, los valorizadores, la academia, las universidades, etc.

¿Qué entidad se hará cargo del análisis científico?

Tenemos un comité científico que elabora estudios porque, por más que queramos hacer algo compostable, debemos saber qué significa esto.

¿Cuánto tiempo demoraría realmente en degradarse? ¿Estamos usando materias primas o no? Todos esos detalles finos que no necesariamente, ni los socios ni nosotros, tenemos el conocimiento, entonces, por eso es que los necesitamos.

Tenemos varios estudios, tanto legales como tecnológicos. Entre las primeras cosas que tenemos claras este año es ver cuáles son las barreras y oportunidades legales para implementar acciones, desde innovación o cambiar ciertos aspectos de la producción. Existen barreras y oportunidades que se deben tener claras antes de empezar a traer inversionistas o innovaciones, como los números, la reportabilidad y las tecnologías disponibles, porque quizás en Chile ya existe la tecnología que se requiere.

¿Cómo conversan las cuatro metas definidas por el pacto con las nuevas propuestas de los actores?

Si bien están las cuatro metas definidas -cuantificar el impacto de los plásticos problemáticos e innecesarios y evaluar sustitutos de menor impacto; innovar en el desarrollo de nuevas funcionalidades, diseño y materiales; promover la generación de herramientas para desincentivar el uso de elementos problemáticos y educar e incentivar a los consumidores a preferir alternativas más sustentables a los plásticos problemáticos o innecesarios-, en el fondo es importante saber cuánto el socio se comprometió a eso también.

No es esperar que el pacto te traiga soluciones a todo, lo que, si bien lo vamos a hacer por supuesto, también es bueno tener claras las oportunidades, las tecnologías y proponer para cambiar.