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Entrevistamos a Guillermo González, Jefe Oficina Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente, sobre cómo el paso hacia una Economía Circular en Chile es clave para responder a los desafíos económicos y medioambientales, y cómo este paso se está concretando en la construcción de la nueva Hoja de Ruta nacional, que complementa y potencia el trabajo que se está realizando desde Circula el Plástico.

¿Por qué el paso hacia una Economía Circular en Chile es clave para responder los desafíos a nivel económico y medio ambientales y por qué se establece como una solución sostenible crítica para la recuperación post pandemia?

La transición de una economía lineal a otra circular significa un cambio de paradigma, y requiere de una transformación enorme en nuestras formas de producir y también de consumir.  Sin embargo, creemos que avanzar en esta transformación no es una opción, sino que una necesidad para el mundo, dado que este enfoque permite disminuir la extracción de recursos naturales, ahorros de energía y la reducción de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.

La Economía Circular toma más fuerza en el contexto mundial, dado que impulsarla será una de las mejores vías para asegurarnos de que la reactivación económica, superada la crisis sanitaria del coronavirus, sea verde y sustentable.  Luego de la pandemia, los países necesitarán crecer, pero debemos hacerlo a través de este nuevo paradigma, transformando nuestras maneras de producir y consumir, lo que traerá como consecuencia la generación de más empleos verdes, mejoras en la calidad de vida de las personas con un menor impacto ambiental.

 

Desde esta perspectiva, ¿Cuáles son los principales objetivos tras el desarrollo de Hoja de Ruta de Economía Circular y cómo complementa y potencia los compromisos establecidos en la Hoja de Ruta del Pacto Chileno de los Plásticos?

Como Ministerio del Medio Ambiente decidimos liderar la construcción de la Hoja de Ruta de Economía Circular, invitando a un grupo transversal de organizaciones que nos ayuden a definir metas y objetivos concretos para hacer de Chile un país circular. Este trabajo tiene cinco grandes objetivos. Primero, conectar a los actores clave para el desarrollo de la economía circular en el país; imaginar cómo se verá el “Chile Circular” del futuro, al año 2040; consensuar los grandes cambios que deben tener lugar para lograr esta visión; diseñar la estrategia y el plan de acción que nos llevará a este “Chile Circular” y finalmente, relevar el tema de la Economía Circular en el país.

El Pacto Chileno de los Plásticos contiene una Hoja de Ruta muy bien definida que nos permite encarar el enorme desafío de superar la contaminación por plástico. Algunas de las acciones que para ello se requieren exceden el ámbito de los plásticos, y tienen que ver con desafíos transversales. Este es el foco de la Hoja de Ruta de Economía Circular. Estos trabajos se potencian y tienen sinergias respecto al plan de impulso de la Economía Circular que hemos planteado desde el Ministerio del Medio Ambiente.

 

¿Por qué una Nueva Economía de los Plásticos es clave para dar un paso hacia un Chile Circular?

La contaminación por el uso indiscriminado de plásticos de un solo uso es uno de los principales problemas ambientales que enfrentamos a nivel mundial.  Afecta gravemente la vida marina, y el hábitat de vida de las personas en sus territorios. Se estiman en 8 millones las toneladas de plásticos que acaban en el océano cada año y ya existen cinco “islas” formadas por plásticos en la superficie marina.

Ante este escenario, es urgente adoptar medidas concretas que permitan disminuir la generación indiscriminada de estos residuos y la Nueva Economía de los Plásticos es fundamental para conseguir este objetivo, ya que se plantea esto desde la circularidad, permitiendo mantener los materiales dentro de la economía, minimizando los impactos ambientales.

Guillermo González, Ministerio del Medio Ambiente:

«Luego de la pandemia, los países necesitarán crecer, pero debemos hacerlo a través de este nuevo paradigma, transformando nuestras maneras de producir y consumir, lo que traerá como consecuencia la generación de más empleos verdes, mejoras en la calidad de vida de las personas con un menor impacto ambiental».