Logística y más participación
En una primera mirada Isidro Pereda, gerente general de ReSimple, reparó que el estreno de la normativa se enfrentará a un contexto nacional adverso para el reciclaje. “Hay una problemática: botar basura en Chile es gratis y eso es tremendamente contraproducente a la hora de hacer que la Ley REP funcione, por lo cual, la única forma que la ciudadanía se motive a separar los residuos para que estos sean valorizados es que existan muchas más motivaciones que la inciten a reciclar”, afirmó.
Por lo mismo, en ReSimple tienen claridad que esta realidad es uno de los retos que tendrán que abordar, frente al hecho, dijo, de que reciclar es más difícil porque no es un hábito. Otra condición desafiante para el éxito de la ley, de acuerdo a Pereda, es que la geografía del país es muy compleja. “La logística que hay detrás para llevar residuos desde distintas partes de Chile a los centros de reciclaje va a ser un tema también complicado”, reconoció.
Pero no solo hay preocupación por resolver el traslado eficiente de los residuos hasta las principales instalaciones de clasificación, tratamiento y valorización. La baja participación de las empresas reguladas ha sido una constante del proceso. El próximo 16 de septiembre entra en vigencia la norma y la adhesión de productores a un Gransic está muy lejos de cumplir las expectativas. Según cifras de la industria, solo unas 1.500 empresas cumplirán las obligaciones y metas del Decreto Supremo 12 a través de uno de ellos.
De acuerdo a Nesko Kuzmicic, gerente de Operaciones de ProRep, “en general se parte así, más o menos lento”, sin embargo, expresó su inquietud por “las consecuencias de eso, sobre todo a nivel de libre competencia”, ya que, explicó, la mayoría de las empresas reguladas debe asumir un costo por ingresar a un sistema de gestión para dar cumplimiento a las metas de la ley, y si la competencia no está dentro de los sistemas y no tiene ese costo se produce una distorsión del mercado.
“Es algo que se debiera mejorar y, por lo tanto, iniciativas como estas ayudan a difundir. Ahí está uno de los principales desafíos, junto con poder realmente medir e incorporar a estas empresas donde muchas de ellas aún no saben de qué tratan estas obligaciones. Será también un indicador del éxito o de una partida más lenta a lo que se está esperando”.
Además de esta falta de conocimiento de la ley y sus alcances, Kuzmicic cuenta que “lo que se está dando, es que muchas empresas prefieren esperar o que dudan de que la fiscalización vaya a ser efectiva, así como las multas y sanciones que son altísimas (hasta US$ 8 millones por empresa). Por ese lado, hay un desafío ya que está habiendo un incentivo para ser ´free rider´ (productores que están fuera de un sistema de gestión)”.
Es un tema a resolver en Chile, así como lo han sabido manejar otros países donde independiente de que una empresa entre a un sistema dos o tres años después de lo que debiera, tiene igualmente que pagar lo que dejó financiar por dicho período, propuso el representante de ProRep.
“Pensamos que el objetivo de sumar a la mayor cantidad de empresas debiera conversarse. Cómo hacemos para que entiendan que más allá del riesgo de ser multados no hay beneficios de no estar dentro de un sistema”, aseveró.
Desde ReSimple ponen la alerta en las pymes, dado que las grandes y medianas empresas están sensibilizadas, dijo su gerente general. Han realizado una serie de acciones comunicacionales para informar que las multas por incumplimiento de la ley son millonarias, pero no han conseguido un mayor involucramiento.
“Lo que uno podría esperar es que exista un caso de una empresa multada porque es la única manera que esto se viva, que se aterrice y que sea real, no para joderse a la empresa, sino que para tener una noticia de que las multas son reales y, por lo tanto, tienes que hacerte cargo adhiriéndote a un sistema colectivo o conformando un sistema de gestión individual”, indicó.
Aunque, según su análisis, en la categoría domiciliaria podría haber un descalce al principio, donde los planes de gestión no hayan apuntado y no tengan la holgura necesaria. Por lo mismo, relata, tomaron el espacio, a propósito de la baja participación de empresas que podía darse al principio del proceso, y que probablemente después se sume la mayor cantidad de productores.
En Giro difieren de esta postura, en palabras de Rodrigo Sagaceta, Country Manager de este Gransic. Comentó que han tenido que ser flexibles y adaptarse a modelos que son dinámicos para calcular por ejemplo la tarifa que deben pagar los productores, pero “no así el plan de gestión que tampoco puede tener una holgura muy alta, eso también lo ha dicho el Ministerio del Medio Ambiente, ha sido súper tajante, no podemos presentar números que no son la realidad de cada sistema”.
Sin perjuicio de los distintos puntos de vista expuestos, los tres Gransic dejaron abiertas las puertas para recibir a aquellas empresas que aún no son parte de un sistema para cumplir las obligaciones y metas de la Ley REP.